París no es como lo pintan
Por Mónica Delgado
From Reforma blog
París.- Las maravillas de París pueden ser tan traicioneras como una pasión amorosa y cada año una decena de personas, en particular jóvenes mujeres, lo comprueban.
El llamado Síndrome de París, del que muchos son víctima, es un misterioso mal que tiene la característica de afectar casi únicamente a los japoneses.
"Los japoneses tienen una verdadera fascinación por París, pero a veces la prensa japonesa les vende un París idílico que no siempre corresponde a la realidad", explicó a Reforma una periodista japonesa.
La periodista agregó que el trato poco ameno que tienen los franceses hacia los extranjeros aumenta el malestar de los japoneses acostumbrados a una mayor amabilidad en sus relaciones.
"Los japoneses se quejan de los pocos esfuerzos que hacen los franceses por entender a los extranjeros cuando no se burlan de su acento", precisó la periodista.
Como resultado la Embajada de Japón registra turistas, estudiantes y otros ciudadanos del país del sol naciente con depresiones, angustias o neurosis que en algunos casos ha llegado hasta delirios o tentativas de suicidios.
Para los incrédulos sería una simple nostalgia que en cualquier momento puede afectar a todo frágil viajero, pero en la Embajada de Japón el problema se toma muy en serio, y cada año hay que repatriar a varios compatriotas.
El fenómeno ha inspirado a novelistas y cineastas como el escritor Philippe Adam que publicó un pequeño relato con el nombre de "Le Syndrome de Paris" y afirma que las más afectadas son las japonesas de entre 20 y 25 años, en lo particular las estudiantes de arte, que se han imaginado un París poblado de jóvenes hombres, esteta y atentos.
"Me decía la manera en la que se imaginaba las cosas antes del viaje y como eran distintas ya de cerca, lo decepcionante que era París, el Sena, Francia y los franceses", señala en la novela de Adam el narrador que trabaja en la Embajada japonesa y trata de ayudar a una chica, víctima del extraño mal parisino.
El trastorno ha sido estudiado y diagnosticado por un médico japonés, Hiroaki Ota, que lo atribuye principalmente al desfase entre el París soñado y el París real, al choque cultural entre la educación japonesa tan regulada y el estilo más directo y franco de los franceses.
Otro especialista japonés que ha atendido algunos de estos casos, Fuyo Matsushita, dijo que en París los japoneses llegan a sentirse agredidos por un entorno que les parece hostil, ya que está muy alejado de lo que conocen y de lo que esperaban.
"Surge en estas personas un síndrome de persecución, la mínima mirada parece amenazadora sobre todo para gente que viene de una cultura donde no se mira uno a los ojos", explicó el especialista.
"Los pacientes desarrollan también síntomas de agorafobia, alucinaciones auditivas, miedo a salir, no se sienten en seguridad en Francia, sin embargo un regreso a Japón sería señal de fracaso", agregó.
Según el especialista una tercera parte de las personas afectadas se recupera sin ayuda y rápidamente, otra tercera parte reincide y a veces pide ayuda, y la última parte cae en psicosis.
Si los especialistas han detectado males similares en otras ciudades como Londres o Florencia donde las víctimas no serían solamente japonesas, parece que el fenómeno en París es mayor y persistente, a tal grado que en la pasada legislatura un diputado galo había sugerido, sin que pasara a mayores, organizar acciones preventivas para ayudar a los japoneses a enfrentar el París real.
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